viernes, junio 10, 2016

Algo nuestro


Tessa Lighfoot se negaba a compartir el hijo que tanto había esperado con un completo desconocido, y mucho menos casarse con aquel hombre. 

Cierto que Chase Madison tenía algo que ver con su embarazo, cortesía de su involuntaria donación a un banco de semen. También era verdad que sus caricias tiernas excitaban el cuerpo floreciente de Tessa. Pero los avances de la medicina y una licencia de matrimonio no bastaban para crear una verdadera familia. 

Nada iba a interponerse entre Chase y la paternidad, ni siquiera la testaruda Tessa. 

Ella llevaba a su hijo en su cuerpo. Y, aunque lamentaba no haberlo logrado al viejo estilo, tenía la intención de remediarlo en la primera ocasión que se le presentara. 

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