martes, octubre 27, 2015

Error Imprevisto


El reloj parecía mirarle, impenitente. Andaba justa de tiempo. Tenía que presentar a su jefe veinticinco informes esa tarde, y todavía no los había repasado. 

En circunstancias normales habría dado el trabajo por finalizado el día anterior, a sabiendas de que todo lo expuesto era correcto. Pero las circunstancias distaban mucho de ser normales. En breve se iba a despedir a siete compañeros, y ella debía indicar a su jefe de zona quiénes serían. Era de los pocos momentos en los que odiaba su trabajo.

Isabel había acabado derecho once años antes, al cumplir los veintitrés. 

Entró a trabajar en una caja de ahorros al acabar su aventura americana, seis meses después de licenciarse, y se sumergió en una carrera meteórica que la lanzó a una dirección tres años después, tras horas de dedicación exclusiva. Pero un accidente de tráfico le había dañado irreversiblemente el brazo derecho. 

Apenas se le notaba en las actividades cotidianas, pero le impedía pasar más de dos horas frente a un ordenador.


Atados por error


¿Qué harías si de repente descubres que llevas años casada con el amor de tu vida… y no lo sabías?

En ese dilema se encuentra Isabel, quien ha estado enamorada de Gabriel desde la adolescencia, y a la que una broma del pasado ha convertido en su esposa por sorpresa.
¿Qué harías si «tu marido por error» necesita anular esa boda porque quiere contraer matrimonio con una odiosa mujer que solo busca su dinero?

He aquí el problema, ya que por mucho que Isabel lo niegue, sigue sintiendo algo muy intenso por él. Y no lo comprende, porque Gabriel es todo lo contrario a ella: soso, distante, imperturbable y el hombre más serio que ha conocido.

Pero… ¿Y si realmente Gabriel no fuera tan frío ni tan aburrido?

La vida frenética de Kate


Te presento a Kate Reddy, brillante gestora de fondos y madre de dos hijos. 

Sabe trabajar con nueve divisas diferentes en cinco husos horarios a la vez. Se levanta y se ducha, viste a los niños y les 
prepara el desayuno, y todo en media hora. Siempre tiene una apretada agenda de reuniones y viajes pero no deja de pensar en la lista para el súper, la fiesta de cumpleaños de los niños, el disfraz para el colegio. 

Y encima pretende tener una vida propia: comer con amigas, ir de tiendas, hablar con su marido yà ­­­sexo!!! Para colmo de males, Kate necesita hacerlo todo muy bien, no, más que bien. Ha de ser la mejor, y la mejor en todo. 

Ah, y tampoco quiero olvidarme de aquella niñera mandona e impertinente que tiene, ni del jefe obsesionado con sus tetas, los suegros criticones, carcasa En fin, una locura total. 

De verdad, no sé cómo se lo monta.