Mostrando las entradas con la etiqueta A. R. Cid. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta A. R. Cid. Mostrar todas las entradas

jueves, mayo 23, 2019

Me matan! Me matan!

¡Hola! No, no os estáis volviendo locos. 

Sí, soy un perro y sí, estoy viendo a mi amo pasar de mí y saltar sobre una mujer de forma bastante divertida. 

Hace pocos días que la conoce y ya le hace más caso que a mí, pero ¡si creéis que voy a dejar que me gane vais buenos! 

Ella es bonita y ha tratado de comprarme con un chuletón de domingos, eso que tienen su grasilla… ¡que rico! 

Pero me mantuve firme y me tiré un pedete a discreción.

Mi amo se ha vuelto loco con esta mujer. 

No deja de mirarle las mamas y solo tiene dos. 

¿Cómo se supone que va a criar a una buena camada? 

Este tío no aprende, si es que tengo que hacerlo todo yo…

Soltera y cuarentona, qué suerte tienes cabrona!!

Calculo treinta añitos, ¡quién los tuviera! 

Y lo cierto es que está para comérselo y no dejar ni los huesos. 

No pude evitarlo, estaba hipnotizada con el vaivén y lo seguí por curiosidad. 

Los dos íbamos a embarcar, ¿qué más daba que me estuviera recreando con su culito prieto y los músculos que adivinaba debajo de la ropa? 

Quizás en el avión pudiera tentarle lo justo para mordisquearle un par de veces.

¿Conclusión?

Estoy rumbo a un país que ni conozco ni quiero, tengo a un bomboncito al lado mirándome con cara de ogro y diez horas por delante para catarle.

Me gustan los retos y después de mi reciente divorcio lo necesito. 

¿No os lo había dicho? 

¿Y sabíais que hoy cumplo cuarenta años? 

Cuarenta… pero también sé un par de cositas que estoy más que dispuesta a compartir con tal de cumplir mi deseo. 

¡¡Deseo cambiar mi viejo modelo por uno más joven, terso e incansable en la cama!! 

En la seducción el juego sucio es casi un requisito. ¡A cabrona no me gana nadie!

Me gustas por tu interior, pero mejoras cuando te quitas el pantalón!!

Después de diez años escuchándolo cantar en la ducha y soportando el olor de sus pies, he encontrado a mi prometido con un tanga en la cabeza, montado sobre mi adorable vecina. 

En aquel momento, me había autoconvencido de que el amor no siempre son mariposas en el estómago. 

Definitivamente soy estúpida y nunca he sabido estar sola.

Cuando Vero me dijo que lo mejor para quitarse las penas era correrse una buena juerga fui a por todas. ¿Cómo terminé?

Borracha, salida, cachonda… 

Al final me agarré al boy y él… Él me echó un hechizo que me dejó con una sonrisa y las mariposas más salidas que el palo de una escoba.

¿Quién en su sano juicio no querría repetir?

Primero: No sabía que me estaba perdiendo tanto.

Segundo: ¿Soy multiorgásmica?

Tercero… ¡¡No me gusta compartir!!