miércoles, junio 15, 2016

Cazando a la cazafortunas


Ellos tenían un objetivo: meter al otro en su juego y… ganar.

Julia sólo era una cazafortunas con la cual divertirse y después darle una lección, dejarla tirada y pobre. 

Él sólo era un millonario al que había que exprimirle hasta el último dígito de la cuenta bancaria.

Pero entonces ¿por qué él estaba empezado a creer que era la mujer más increíble que conocía?, ¿por qué a ella ya no le importaba si era o no millonario? ¿Por qué los dos se estaban alejando de su plan?

¿Quieres jugar al gato y al ratón?

De que te quiero te quiero


Kat ha descubierto como por arte de magia que quizá ha leído demasiadas novelas románticas y que, definitivamente, las películas y canciones de amor y esos artículos de «¿Cómo conquistar al amor de tu vida?» son terriblemente dañinos para su salud emocional. 

Lo ha comprobado, ¡los príncipes azules no existen, son un timo! 

Hasta que conoce a su vecino, un sospechoso príncipe que de azul no tiene mucho pero sí una piel caramelo que huele a deliciosos y juguetones pecados, que con su encanto, sus chistes malos y su look de surfista californiano se abrirá paso hasta su corazón. 

Sin estereotipos, sin planes, sin formalidades: un amor de verdad. Una mini comedia romántica que te hará reír y te encantará desde el principio. 

Consígueme una cita


Anne está harta de que los hombres pasen de ella solo porque no es ni alta, ni delgada, ni sexy. 

Tiene cuatro años de no salir con nadie y un año de celibato involuntario. 

Después de un chasco tremendo, en el que confirma que es un fracaso con los hombres, un camarero chismoso se mete en su vida. 

Él asegura que puede conseguirle una cita con el «príncipe azul» en menos de un mes y demostrarle que es una mujer que puede atraer a los hombres como imanes. 

¿Por fin Anne conseguirá una cita? 

Bruma azul


Lean Maclean es un hombre torturado por un oscuro y crudo pasado. Con apenas doce años y medio abandonó Escocia para huir del sadismo de su madrastra. 

Corre el año 1647 y en Escocia estalla una violenta guerra civil. Lean es reclamado para que los ayude a defenderse de los poderosos Campbell. 

Y, a pesar de sentirse un renegado, acepta regresar a las tierras que tanto odia por un único motivo: vengarse de todas las atrocidades que sufrió de niño.

Lean no solo tendrá que recorrer un país desgarrado por la guerra en busca de venganza, también habrá de librar su propia batalla interior, entre la lealtad y el desprecio que siente hacia sus orígenes. 

Sin embargo, el destino lo envolverá en un singular triángulo amoroso, entre dos mujeres opuestas, entre el amor y el odio, entre la razón y la pasión, resquebrajando la dura piedra en la que había escondido su atribulado corazón.

Viaje al pasado


Un accidente de infancia convirtió a Emmaline en una persona propensa a sufrir alarmantes desvanecimientos, aunque apenas duraban unos minutos, para ella parecían prolongarse durante una eternidad. Aquellos episodios eran incómodos, pero manejables… hasta que conoció a Johnny Dellasandro.

Aquel pintor huraño y solitario había ganado notoriedad en los años setenta por su estilo de vida desenfrenado y sus películas pornográficas de arte y ensayo. 

Su cuerpo desnudo había llegado a convertirse en un objeto de culto, especialmente para Emma, que llegó a obsesionarse con aquel hombre al que la edad había hecho más sexy. 

Pero Johnny huía de los focos, y de Emm en particular… Hasta que Emm sufrió un desvanecimiento en la puerta de su casa.

En aquel momento, fue transportada treinta años atrás y se encontró de pronto en casa de Johnny cuando este estaba en pleno esplendor. 

La noche fue un torbellino de calor y sexo que continuó impregnando su piel mucho tiempo después de que regresara al presente…

Un viaje por tus sentidos


Estoy en un tren. 

No sé en qué parada tengo que bajar, solo sé que el tren va rápido y el mundo de fuera se desdibuja. Debería bajar, pero no bajo. 

El universo me está gastando una broma cósmica. Yo tenía mi vida, una vida agradable con todo lo que una mujer puede desear, y de pronto aparece algo que ni siquiera sabía que podía llegar a tener. Una oportunidad de sentirme satisfecha y contenta.

Y, quizá incluso, en alguna ocasión, delirante y exuberantemente feliz. 

Así que aquí estoy, en un tren que escapa por completo a nuestro control. 

Si pudiera hacerme creer a mí misma que todo ha ocurrido por casualidad, que no he podido evitarlo, que me he visto arrastrada, que esto no es culpa mía, sino del destino, ¿sería más fácil? 

La verdad es que no sabía que estaba buscando esto hasta que encontré a Will, pero debo de haber estado buscándolo durante todo este tiempo. 

Y ahora no es cosa del azar, ni del destino, ni nada me arrastra. 

Soy yo la que decide. 
Y no sé cómo detenerme.
 Ni siquiera sé si quiero parar.

La distancia entre nosotros


Tesla Martin vivía plácidamente sirviendo cafés en la cafetería Morningstar Mocha, disfrutando de las idas y venidas de sus clientes favoritos. 

Sin embargo, ninguno de ellos podía compararse con Meredith, una mujer carismática que se las arreglaba para sonsacarle la historia de su vida incluso al más tímido de los mortales. 

Con su canto de sirena, Meredith consiguió atrapar a Tesla en su órbita sensual e irresistible y, sin reservas, Tesla compartió con ella vivencias que había olvidado hacía mucho. Nada de lo que le proponía Meredith le parecía imposible, ni siquiera acostarse con su marido, Charlie, mientras ella miraba. 

En un abrir y cerrar de ojos, Tesla entró a formar parte de un triángulo amoroso. Junto a Charlie, sensato y de carácter tranquilo, y Meredith, brillante y exasperante al mismo tiempo, Tesla encontró lo que siempre había soñado, aunque nadie más pudiera entenderlo. 

Eran tres contra el mundo. 

Pero los vértices del triángulo comenzaron a separarse muy pronto, hasta que solo quedaron dos, y el espacio intermedio se llenó de confusión, dolor y posibilidades.

Esto es lo que quiero


De día era Eve Grant, empleada del departamento de atención al cliente de una empresa, y trabajaba en una oficina compartimentada y gris. 

De noche se convertía en Eris Apparent, diosa del sexo de la blogosfera, donde podía expresar su verdadera personalidad con unas tórridas fantasías. 

En la realidad, Eve tenía deseos eróticos frustrados hacia su atractivo compañero de trabajo, pero en el ciberespacio, Eris Apparent era cada vez más directa y exigente en su apasionada aventura con el misterioso Tell_me. 

Serie Alex Kennedy

1. Tentada

Soy Anne, tengo todo lo que una mujer podría desear. 
Mi marido, James Kinney. 
La casa en el lago. 
Mi vida. 
Nuestra vida perfecta. 
Y de repente Alex Kennedy vino a hacernos una visita… 

La primera vez que vi al mejor amigo de mi marido, me desagradó. 

No me gustó cómo James cambiaba cuando él estaba cerca, no me gustaba cómo sus penetrantes ojos me seguían a donde quiera que fuera. Pero eso no me impidió desearlo. 

Y, sorprendentemente, a James parecía no importarle. Se suponía que debía ser divertido. Algo que los tres compartiríamos en esas ardientes semanas de verano que Alex estuviera con nosotros. Se suponía que el amor no entraba dentro del juego. 

Yo no necesitaba a otro hombre, ni siquiera uno que exudaba sexo como miel y conocía todos los secretos que yo no sabía, los secretos que mi marido no había compartido. Después de todo, teníamos una vida perfecta. 

Y amaba a mi marido. Pero no era la única.

2. Al desnudo

Sin ataduras. 
Sin reproches. 
Sin vuelta atrás. 
No creía que él pudiera desearme. 
Y no iba a liarme con él, sobre todo después de lo que había oído. 

Alex Kennedy era alto, moreno e increíblemente guapo, pero yo ya había sufrido un gran golpe. Cuando le pedí que posara para mí, no esperaba que la sesión fotográfica se volviera tan apasionada. Y cuando cruzamos esa línea, nuestros cuerpos no fueron lo único que quedó expuesto. 

Sin embargo, no podía entregarle mi corazón a un hombre tan poco… convencional. Su último encuentro sexual había sido con otro hombre… Ya era suficiente que mi ex-prometido fuera gay; yo no podía correr ese riesgo otra vez, por mucho que mi cuerpo anhelara las caricias de Alex. 

No podía arriesgarme, pero tampoco podía resistirme… Alex podía ser muy convincente cuando deseaba algo. 

Y me deseaba a mí.


Gracias a ..."Grupo de traducción MR"

En sus manos


No pienses. 
No preguntes. 
Actúa.
Aquel anónimo no iba dirigido a mí. 
No te equivoques conmigo, no tengo la costumbre de leer el correo ajeno, pero era un simple pedazo de papel con unas cuantas líneas escritas a mano. 

Era evidente que iba dirigido a otro vecino. 

Parecía una nota inocente, pero, decididamente y deliciosamente-, no lo era.Antes de meter aquella nota, y las que la siguieron, en su buzón, devoraba su contenido: sugerencias, instrucciones, emplazamientos, órdenes. Cada uno de ellos más atrevido que el anterior, más complicado y… más excitante. 

Y yo los seguía todos al pie de la letra.Antes de recibir aquellas notas, si un hombre me hubiera dicho lo que tenía que hacer, le habría enviado a paseo. 

Pero la sumisión es un arte y hay algo extrañamente liberador al cumplir las órdenes de otro… Sobre todo cuando eso te hace sentirte tan bien. 

Pero he ido descubriendo que cuanto más me someto, más poderosa me siento, así que ya va siendo hora de invertir los papeles.Ahora pongo yo las reglas del juego 

En los limites del deseo


REGLAS PARA TONTEAR EN EL LUGAR DE TRABAJO

1. No te saltes las normas de la empresa. Solo tienes una oportunidad para conseguir por fin ese despacho con vistas. Lo último que necesitas es una distracción, por excitante que sea.

2. No salgas con tu jefe. Sí, Jamison Wolfe tiene una sonrisa que podría provocar un orgasmo en cualquier mujer, pero concéntrate en lo importante: es tu estricto y controlador jefe. Tu guapísimo, sexy y controlador jefe.

3.Nada de gestos afectuosos en la oficina. Bueno, esta te la saltaste una vez. Era una tentación tener a Jamison desnudo y completamente a tu merced.

4. Prepárate para lo peor. Esto no puede llegar a ningún sitio; él lo sabe, tú lo sabes. ¿Entonces por qué parar ahora?

5. Sé discreta. Aunque se vuelva intenso. Incluso aunque os empuje a los dos al límite…

Serie Jugando con fuego

1. Dentro y fuera de la cama

Mi nombre es Elle Kavanagh, y lo conocí en una confitería. 

Él se volvió y me sonrió, y yo me sorprendí tanto que le devolví la sonrisa. No era una tienda para niños, sino la clase de establecimiento donde una va a comprar trufas caras de importación para la mujer del jefe porque se siente culpable después de haberse dado un revolcón con él durante una conferencia en Milwaukee... hipotéticamente hablando, claro. 

Han flirteado conmigo un montón de veces, sobre todo tipos carentes de sutileza que creían que lo que tenían entre las piernas compensaba lo que les faltaba entre las orejas. A pesar de todo, a veces me iba a casa con alguno de ellos, porque me gustaba desear y ser deseada, aunque en gran parte fuera una mentira. 

El problema con el deseo radica en que es como verter agua en un vaso lleno de piedras. Se llena enseguida, y no queda espacio para nada más. 

No voy a disculparme por ser quien soy, ni por lo que he hecho. Tengo mi trabajo, mi casa y mi vida, y durante mucho tiempo no he necesitado nada más... 

Hasta que conocí a Daniel “Dan” Stewart. Hasta ahora.

1.5 Motivo suficiente (Epílogo de Dentro y Fuera de la Cama)

Elle y Dan todavía no han logrado su objetivo de tener relaciones sexuales en todas las habitaciones de su nueva casa, ¡pero casi! 

El matrimonio no ha reducido su hambre uno del otro en lo más mínimo, y su relación es tan caliente y apasionada como siempre. 

Pero cuando Dan trae a colación el tema de tener un bebé juntos, Elle se encuentra en conflicto consigo misma. 

Entre sus antecedentes familiares disfuncionales y su temor de cómo un bebé puede cambiar su vida en común, Elle no está segura de que esté lista para dar el gran paso. Dan no sacará el tema otra vez, pero el problema se arraiga en la mente de Elle. 

Y como entre ellos es frecuente que arda el amor con un deseo insaciable, el corazón de Elle está lleno hasta el borde con el amor y el deseo de dar a Dan todo lo que él anhela.

2. La amante imaginaria

Este mes, me llamo Mary.

Cada mes tengo un nombre distinto... Brandy, Honey, Amy... a veces, Joe ni siquiera se molesta en preguntar, pero siempre consigue excitarme con su cuerpo, con su boca y sus caricias. No importa cómo me llamo ni dónde me ha conocido, el sexo siempre es increíble y no dejo de desearlo durante las largas semanas que pasan hasta que vuelvo a verlo.

Mi nombre real es Sadie, y una vez al mes, a la hora de la comida, Joe me lo cuenta todo sobre su último ligue; sin embargo, él no sabe que en mi mente yo soy la protagonista de todas las aventuras de una noche que va revelándome, y que estoy prácticamente obsesionada con nuestra imaginaria vida sexual. 

Sé que está mal y que mi marido no lo entendería, pero no puedo renunciar a nuestros encuentros aún... no, aún no.

3. Tentada

Soy Anne, tengo todo lo que una mujer podría desear. 

Mi marido, James Kinney. 
La casa en el lago. 
Mi vida. 
Nuestra vida perfecta. 
Y de repente Alex Kennedy vino a hacernos una visita…

La primera vez que vi al mejor amigo de mi marido, me desagradó. No me gustó cómo James cambiaba cuando él estaba cerca, no me gustaba cómo sus penetrantes ojos me seguían a donde quiera que fuera. Pero eso no me impidió desearlo. 

Y, sorprendentemente, a James parecía no importarle. Se suponía que debía ser divertido. Algo que los tres compartiríamos en esas ardientes semanas de verano que Alex estuviera con nosotros.

Se suponía que el amor no entraba dentro del juego. Yo no necesitaba a otro hombre, ni siquiera uno que exudaba sexo como miel y conocía todos los secretos que yo no sabía, los secretos que mi marido no había compartido. Después de todo, teníamos una vida perfecta. 

Y amaba a mi marido. Pero no era la única.

4. Extraños en la cama

Pago para tener sexo… tengo mis razones.

Soy Grace Frawley, y viéndome al frente de una empresa de pompas fúnebres, nadie podría sospechar que me gasto el dinero en gigolós y sexo sin compromisos. 

Pero así es. Las personas que me visitan a diario en la funeraria me recuerdan que toda relación de pareja está condenada a acabarse, y la mejor manera de protegerme contra ese dolor es pagar para saciar mis apetitos sexuales sin que mis sentimientos corran peligro. 

Por desgracia, con Sam Stewart cometí un error que puede costarme muy caro. Lo confundí con el gigoló al que había pagado para que me sedujera en un bar y me llevara a la cama, y ahora no sé si quiero volver a mis aventuras de pago. 

Lo único que espero es que Sam no descubra esa parte inconfesable de mi vida…

No me mires así


Andrea Palacios es una joven músico, hija de famosos, que está acostumbrada a tenerlo todo en la vida. 

Aburrida y sola, vive la vida sin límites, hasta el punto que a veces ni se da cuenta ni sabe dónde poner el freno. 

Guapa y perfecta, también acostumbra a tener a cualquier hombre que desee. 

Una noche de fiesta extrema se acuesta con un compañero de la banda de música y, colocada y borracha, a la mañana siguiente apenas puede recordar. 

El problema es que su amigo ha sido asesinado de forma cruel y sanguinolenta y el cadáver está en su cama. 

El inspector Sandoval se da cuenta enseguida de cómo es Andrea, y si a eso le sumas que odia a todo aquel que consume drogas, crea una animadversión hacia la chica que la trastorna desde el primer momento, acostumbrada a que ningún hombre se le resista.

Hexwood


Algo extraño ocurre en la vieja Granja Hexwood. Desde su ventana, Anne observa como desaparecen persona tras persona por las puertas de la granja, personas que nunca regresan. 

Mas tarde, en el bosque cercano a la granja, Anne encuentra a un brujo que parece haber despertado de un sueño de siglos, pero al que Anne está segura de haber visto entrar en la granja esa misma mañana. 

Mientras tanto, el fluir del tiempo parece haberse alterado en el bosque, donde un niño pequeño se encuentra con un robot y un dragón. 

Y una antigua máquina, oculta en la granja, despierta de su sueño milenario y lanza un mensaje al centro de la Galaxia.

Trilogía Howl

1. El castillo ambulante

Sophie Hatter es nuestra protagonista, y tendrá la desgracia de caer en una de las maldiciones de la malvada Bruja del Páramo. 

Buscando una solución, lo único que la puede ayudar es visitar al malvado Mago Howl que vive en el castillo que merodea por las colinas, y del que se dice que se alimenta de los corazones de jóvenes desprevenidas, aunque por suerte o por desgracia, Sophie ya no es una joven por culpa del hechizo de la Bruja, sino que ahora es una afable ancianita. 

2. El castillo en el aire

Lejos, en el sur de la tierra de Ingary vive un mercader de alfombras llamado Abdullah. En sus sueños, él es el hijo perdido de un príncipe y hay un verdadero castillo en el aire. 

Pero de repente, los sueños de Abdullah comienzan a hacerse realidad cuando conoce a la exquisita Flor de Noche, hija del feroz sultán de Zanzib. 

El destino los ha hecho para estar juntos, pero un malvado genio, un djinn y varios bandidos, tienen sus propias ideas. Cuando Flor de Noche es raptada, Abdullah está decidido a rescatarla  si es capaz de encontrarla. 

3. La casa de los mil pasillos

La vida de la joven Charmain Baker es, esencialmente, respetable. 

Sus días transcurren con una calma que sólo se ve alterada por las aventuras de los libros de los que apenas saca la nariz. Y entonces, un día su tía Sempronia le anuncia que ha de ir a cuidar la casa de su tío (un tal William que, por lo visto, es mago) mientras él está fuera. 

Charmain, emocionada por hallarse al fin ante su propia aventura, parte de inmediato. Pero cuando llega a la casa, se topa con un laberinto de habitaciones extrañas a las que se accede según unas instrucciones mágicas muy precisas. 

Hay elfos, jardineros de color azul, comidas que se sirven solas, libros de hechizos para aprender a volar y, en fin, todo lo que puede haber en la casa de un mago. 

Pero también hay pilas y pilas de platos sucios, encantamientos que salen mal y un joven aprendiz de carácter despistado que afirma venir en busca del mago William. 

En resumen, algo para lo que ningún libro la había preparado.