Ellos tenían un objetivo: meter al otro en su juego y… ganar.
Julia sólo era una cazafortunas con la cual divertirse y después darle una lección, dejarla tirada y pobre.
Él sólo era un millonario al que había que exprimirle hasta el último dígito de la cuenta bancaria.
Pero entonces ¿por qué él estaba empezado a creer que era la mujer más increíble que conocía?, ¿por qué a ella ya no le importaba si era o no millonario? ¿Por qué los dos se estaban alejando de su plan?
¿Quieres jugar al gato y al ratón?