Catriona McNeil sabía cómo quería que fuera su futuro marido: alto, moreno... y encantador.
Cuando conoció a Ryan Hind pensó que era el hombre perfecto.
Él se ajustaba a todas sus exigencias, excepto a una.
No creía en el amor.
Después de una noche de arrebatadora pasión, Catriona se despertó y vio la cama vacía.
Se le rompió el corazón.
Estaba decidida a vengarse de él, costara lo que costara.