viernes, noviembre 17, 2017

Serie Los chicos del calendario # 5

5. Noviembre y Diciembre
"Soy Candela Ríos y no puedo creerme que el año se esté terminando. 

¿Os acordáis de cuando nos conocimos el diciembre pasado? Parece que fue ayer. 

En enero empecé un viaje, empezamos, porque vosotros siempre me habéis acompañado, y algún día tenía que llegar el final. 

Aquí está. 

He recorrido el país entero, lo he puesto patas arriba buscando un chico que valiera la pena, alguien tenía que hacerlo, y al final la que ha acabado patas arriba, desmontada y con el corazón desbocado he sido yo. 

Y no lo cambiaría por nada del mundo. 

Ha llegado el momento de conocer a los dos últimos chicos del calendario, noviembre y diciembre. Y también ha llegado el momento de las despedidas, y de elegir al chico del calendario. 

Ese chico que nos ha demostrado a todos y a todas que a pesar de los defectos, de los problemas que todos tenemos a diario, merece la pena arriesgarse por alguien. 

Y yo tengo que decidir qué haré a partir de enero, cuando todo esto acabe, y si lo haré sola. 

Estos meses he descubierto que soy muy valiente, que si me caigo siempre puedo volver a levantarme y que me atrevo a enamorarme completa, irreversible y locamente."

Serie Una caja de discos viejos y unas gafas de sol

1. Todo lo que perdí

Cande Martín ha vuelto a Madrid porque su hermano Rodri la necesita. 

Pero la ciudad sigue llena de los recuerdos que lleva tres meses tratando de olvidar y, sobre todo, sigue llena de él, de Sergio Herranz.

Sus manos, su olor, sus besos…, tan guapo e inaccesible que duele. Cande lo quería con locura y algunas heridas nunca llegan a cerrarse por mucho que nos empeñemos, por mucho que sepamos que alguien no nos conviene.

Conoce el pasado de Cande y descubre con ella su presente. Si valen más las segundas oportunidades o las nuevas personas que llegan, si el hombre canalla y complicado puede ser el amor de tu vida o si es verdad que las historias que leemos en los libros románticos pueden hacerse realidad.

No te pierdas «Una caja de discos viejos y unas gafas de sol de 1964» y vive el Madrid sofisticado, gamberro, con sabor a cóctel y a música de los ochenta de Cande y Sergio.

Porque los chicos malos también se enamoran y, cuando lo hacen, es para siempre.

2. Todo lo que encontré

Cande no sabe qué hacer. 

Está triste, perdida, rota. 

Se refugia en sus amigas y acepta empezar una relación con Marcos sólo para huir de Sergio.

Por su parte, Sergio trata de arreglarlo, pero hay cosas que, por mucho que luchemos, son muy difíciles de olvidar.

No pueden estar juntos, pero tampoco saben estar separados y las peleas se convierten en el único vínculo que los une. Sin embargo, en medio de esa vorágine, cuando se miran, sólo pueden recordar cuánto se quieren.

Cande, Sergio, Marcos, Estela. Ahora toca dar un paso adelante para descubrir si el amor es tan fuerte como creemos; si somos capaces de perdonar y de olvidar; saber cuánto valen los besos y los te quiero, y si podemos volver a pronunciar esas palabras cuando tenemos demasiado miedo.

El Madrid con sabor a cóctel, la música de los 80 y el amor nunca supieron mejor y nunca hicieron que una chica y un chico sintieran que una canción estaba escrita para ellos. 

La novia de papá

Como siempre, el amor parece que lo puede todo: Sol ha conocido a Pablo, un hombre divertido, independiente y... padre de dos niñas, una de once años y otra de ocho, de las que tiene la custodia compartida. 

Nada menos. A Sol, creativa de una agencia publicitaria, le encanta disfrutar de su libertad, pero la relación progresa y un buen día la pareja toma una decisión inapelable: irse a vivir juntos. 

Juntos, sí, pero... ¿solos?

A partir de ese momento, Sol comienza una nueva vida en la que su rol prioritario no está muy claro: ¿es pareja, madre, madrastra o sólo la novia de papá? 

Porque las hijas de Pablo son inteligentes, coquetas y, también, adorablemente perversas. 

Sol ha entrado en un mundo nuevo. 

Con las madres pijas de las amigas de sus "hijas". 

Con los cumpleaños y recados de las niñas. Con las discusiones (el móvil, la play, el ipod) y las preguntas impertinentes. Con esas terribles galas de fin de curso. 

Y, siempre, con la bruja de la madre de las niñas revoloteando alrededor suyo. 

Decididamente, su vida ya no volverá a ser la de antes.

Y todo esto por amor. 

¿Tanto amor? 

Tanto como humor, ironía y ternura.