1. Camino al Paraíso
Sevilla. Año de Nuestro Señor de 1.493.
Tras el descubrimiento de una nueva ruta hacia las Indias Occidentales por el ya almirante Cristóbal Colón, Javier Alonso, capitán de una de las naves que acompañarán al descubridor en su segunda expedición, está ansioso por zarpar con el deseo de formar parte del asentamiento que está previsto establecerse en la isla de La Española.
Manuel Espinosa, su mejor amigo, también va a participar en la empresa colonizadora, dejando a su prometida, Mariana Balboa, en Sevilla. Pero, a diferencia de Javier, su viaje está motivado por la ambición y la codicia, no por el deseo de conocer otras culturas y nuevos horizontes.
Lo que Manuel ignora al marchar es que la joven destinada a ser su esposa es una muchacha indómita que no acepta la imposición del compromiso concertado por su familia, especialmente después de haber conocido al capitán Alonso.
Decidida a conseguir el amor de Javier, Mariana inicia una intrépida aventura que romperá con los convencionalismos de la época, aún a costa de su buen nombre y el de su familia.
2. En busca de la redención
Manuel es un hombre atormentado por sus fantasmas.
En el pasado, viajó al Nuevo Mundo y allí cometió un terrible crimen movido por los celos y por su carácter misógino y carente de honor.
Con sus fechorías les ha fallado a su mejor amigo, a la que fue su prometida y, sobre todo, al mejor hombre que ha conocido nunca, su padre.
Su mala vida le lleva a enfrentarse cara a cara con la muerte. Este hecho le demuestra que es imposible que su existencia pueda ser más indigna y resuelve que la mejor manera de saldar las cuentas que tiene pendientes con Dios es poniéndose en manos de la justicia de los hombres.
Cuando comprende que su existencia no tiene sentido y que sus malas acciones de antaño no le hacen merecedor de una segunda oportunidad, aparece un ángel en forma de mujer dispuesta a liberarlo de los demonios que le atormentan y a hacerle creer que todo ser humano, incluido él, merece la redención cuando su arrepentimiento y sus ansias de enmienda son sinceras.
Pero solo tiene una manera de conseguir saldar sus viejas cuentas con el Altísimo: renunciar a ese ángel que le ha llenado de esperanza, convirtiendo la separación en su mayor penitencia.