Un asesino había aterrizado en el sur de California. Cuando empezaron a desaparecer los niños, dependía del FBI capturarlo.
La psicóloga criminalista Laurel Madden era una de las figuras más prominentes en su especialidad. inteligente, guapa y reservada, la agente Madden tenía un lado sombrío y unos secretos aún más oscuros.
Quizá por eso comprendía tan bien la mente criminal.
La periodista Claire Gillespie había sido enviada a cubrir las desapariciones de los niños, pero su objetivo era otro: arrancar de una vez para siempre el velo de silencio que envolvía y protegía a Madden.
Claire sospechaba que Madden había cometido un asesinato, y no descansaría hasta que pagara por ello.
Entre estas dos mujeres de carácter estaba Dan Sprague, dividido entre el deber y la lealtad hacia una de las mujeres, y una intensa e irresistible atracción hacia la otra.