Rhys Stirling mostraba todos los síntomas de un hombre que se resistía a que lo llevaran al altar.
A Alix ya le había costado bastante que se le declarara y, ahora que estaban prometidos, Rhys parecía extrañamente remiso a dar el paso definitivo que los convertiría en marido y mujer.
¿Qué era lo que fallaba?
¿Acaso nunca la había querido?