Ahora el recluta del FBI Antonio Álvarez quiere una compensación por el golpe en la cabeza en forma de un analgésico del bolso de Lisa y su compañía mientras toman una copa bien cargada. Es lo mínimo que ella puede hacer por sabotear su visita a su hermano guardia marine. Lisa se sube a la parte de atrás de su Harley y monta hacia la aventura más erótica de su vida.
Bajo la tenue luz de la apartada barra de un bar, la atracción de Lisa y Antonio se enciende llevándolos a comportarse de forma traviesa en público, detrás de la intimidad de su mesa. Ellos piensan que nadie los ve, pero las cámaras de seguridad graban su atrevido encuentro sexual con nitidez.
Gracias a "El Club de la Rosa"