Verona accedió a pasar sus vacaciones con su amiga Katina en Grecia.
A su llegada, resultó evidente que Andreas, el arrogante hermano mayor de su joven amiga, esperaba una mujer de mediana edad, y no una vivaz y atractiva chica como acompañante de su hermana.
Como Verona iba decidida a desbaratar los planes que él tenía para el futuro de Katina, pronto empezaron las dificultades.
Sin embargo, los extraños sentimientos que el griego provocaba en Verona, estuvieron a punto de hacerle perder la cabeza.