Sheldon Horowitz, judío neoyorquino de ochenta y dos años, se va a vivir con su nieta y su marido a Oslo después de fallecer su mujer.
Obsesionado con la muerte de su hijo en la guerra de Vietnam, su carácter refunfuñón y su negativa a aceptar la debilidad de su memoria se unen a la natural desubicación en la que se encuentra.
Una mañana escucha ruidos: una pelea doméstica.
Y una mujer y su hijo se refugian en su casa.
Un matón intenta tirar la puerta abajo y Sheldon escapa con el niño.
Sheldon tendrá que protegerlo como le hubiera gustado hacerlo con su propio hijo.