Todos hemos oído hablar de las fábulas de Samaniego, pero lo que no sabe todo el mundo es que también escribió poesías eróticas, con un punto de provocación, humor, ironía y una actitud un tanto juguetona.
Aprovecha ese registro para satirizar sobre el clero, las autoridades, las apariencias y buena parte de lo establecido.
Aquí tenemos una recopilación de sesenta y ocho de esos poemas sicalípticos, algunos muy divertidos. Una obra curiosa, más si se piensa que está escrita hace más de doscientos años, en pleno siglo XVIII.
Rijoso, pronográfico, a veces bordea el límite del mal gusto, pero las más resulta fresco, irreverente, algo burlón, desvergonzado, caricaturesco, la mayoría de estos versos han envejecido bien y provocan una sonrisa.