En el siglo XVII la infidelidad conyugal era plenamente aceptada como lo señalan los cronistas de la historia.
El propio rey de Francia tenía amantes por doquier y sus cortesanos lo imitaban sin pudor alguno. Los matrimonios eran concertados y los esposos tenían amantes y nadie habría cometido el desatino de mostrarse celoso.
En ese mundo lascivo y convulso, una joven condesa Delphine Boulegne se atrevió a ser virtuosa a pesar de no amar a su esposo.
Pero él era de los pocos hombres que no habría tolerado que su esposa le fuera infiel.
Era joven y hermosa y enamoró a un cortesano guapo y viril ansiando tenerla a cualquier precio, con el deseo ardiente de un enamorado.
Porque mientras planea seducirla él mismo cae en la trampa del amor y querrá guiarla en los caminos del placer.
¿Caerá ella en la trampa de un lascivo seductor?