1. Mientras mi cielo se derrumba
Una romántica historia entre un ángel y una hermosa mujer que irá más allá de la fina línea que separa lo humano de lo divino y desatará todas las tormentas del infierno.
Amelie Roger pronto descubrirá que la vida no es tan simple como ella cree y que a pesar de brindarle la alegría de una gran amistad, esta también puede arrebatarle lo que más quiere.
Un delgado velo separa nuestros mundos; el humano y el de ellos. Seres milenarios se mueven invisibles y batallan de manera eterna entre nosotros.
Había una vez un ángel guardián que incumplió la tarea que le habían encomendado y una humana de cabellos rojos que se enamoró de él.
Y su amor fue tan grande que rompió todas las reglas y enojó a los demonios. Ese fue el despertar de una tormenta que había estado dormida.
2. Mientras camino entre las sombras
Amelie y Bastian creyeron en un final feliz y en tiempos alegres.
Pero aquellos empezaron a verse ensombrecidos por un veneno dormido que despertó para reclamar un alma.
Había una vez un muchacho de ojos verdes que se sacrificó por la chica que amaba; y su sacrificio fue tan grande que tres ángeles de Dios bajaron a la Tierra para convertir a esa chica en una guerrera.
Ella transformó su sufrimiento en valentía y penetró en el infierno como un rayo de luz que se abre paso entre nubes negras.
El amor de Amelie y Bastian terminó por desatar la tormenta.
3. Mientras contemplo la eternidad
Perdida en la niebla de su mente, un único recuerdo del pasado se presentará. Amelie tendrá que buscar a aquella mujer que debía revelarle el secreto de su sangre.
Las espadas se forjarán y la sangre correrá como ríos.
Mientras contempla la gran batalla comprenderá que al fin de cuentas el Paraíso no es tan claro y el Infierno tiene razones para ser oscuro.
Había una vez una muchacha humana que se creía común y corriente y se enamoró de su ángel guardián.
Ambos se sacrificaron por un amor tan inmenso que hizo temblar los mundos celestiales y demoníacos arrasando con todo a su paso.
Fue el principio y también fue el fin.
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