miércoles, octubre 11, 2017

¿Viernes o te vas?: Querido destino, no seas cabrón

Seamos serios y pongámonos en situación. 

Imagínate por un momento que un buen sábado te levantas de la cama con un resacón en las venas brutal y que unos seres friquibundos, que no conoces de nada, han invadido tu espacio vital y están dilapidando tus últimas reservas de ibuprofeno. 

Además, la que dice ser tu amiga, te diagnostica el síndrome de Korsakoff y se queda tan pancha. 

A ver, veamos… ¿a ver si va a ser verdad?, porque tú… lo de ayer como que no lo recuerdas mucho, ¿verdad?

Por lo visto, alguien perdió la brújula al completo y todas las sospechas apuntan directamente hacia ti, y yo me pregunto: 

¿Por qué tuve que beberme hasta el agua de los floreros justo el día en el que supuestamente iba a conocer al amor de mi vida? 

Querido destino, ¿cómo puedes ser tan cabrón?

Una alocada historia sobre poderes ancestrales y sirenos.

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