jueves, agosto 18, 2016

Deseos de azúcar moreno


Caroline Hendrickson es una mujer que lo tiene todo. 

Siempre ha sido la más inteligente allí donde estuvo, y eso lo prueban sus títulos universitarios. 

Tiene un puesto importante en Nueva York, como fiscal, y hace su trabajo mejor que nadie. 

Por si esto fuera poco, es hermosa. 

Tiene ojos verdes y una piel negra, rica y profunda. 

Alta, atlética, es una mujer que tiene todo bajo control. 

Carolina, además, es rica. 

Muy rica. 

Con unos padres que forjaron su vida en Nueva York a partir de la nada, Carolina posee un generoso fondo fiduciario con el que puede comprar cualquier cosa que desee. 

Desafortunadamente, viene junto con unos padres que tienden a ser un poco entrometidos en los asuntos persona les de su hija. 

No les agrada que su pequeña trabaje rodeada de la escoria neoyorquina. 

Cuando su padre decide contratarle un chófer personal (más bien una niñera que otra cosa), Caroline considera que han ido demasiado lejos. 

Cada día es más exitosa y no necesita que un granjero blanco de veinticuatro años, la siga a todas partes. 

El problema es que cuanto más lo ve, más difícil le resulta quitárselo de la cabeza.

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