martes, julio 26, 2016

Con cada caricia


Marina buscaba al Dan que conoció en la escuela, al joven que adoraba escalar montañas y partidario de las causas perdidas, no a ese abogado elegante que ahora la besaba y excitaba. 

Decidió que no vendería la antigua posada que heredó de su abuela. 

Abriría su propio restaurante que le daría un horizonte prometedor, y no tendría que rendirse ante Dan. 

Tenía que superar la pasión que la dominaba, 

¡pero qué difícil era cuando sentía su piel junto a la suya! 

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