miércoles, junio 01, 2016

Esclavo de la bruja


––¡Truco o trato! ––gritaron varios niños acorralándola de pronto, buscando los caramelos que se escondían en el bote con forma de calabaza que sostenía entre sus manos.
––Vale, vale, chicos, un poco de espacio que hay para todos.
––¡Yo quiero los de fresa! ––exclamó uno poniendo la bolsa más arriba para ser el primero.
––¡Yo de naranja! ––le siguió otro.
––Tranquilos, monstruitos. Que una cosa es el disfraz y otro la impaciencia ––replicó ella.

Uno por uno, fue repartiendo los dulces que había en el bote y unas piruletas que tenía para ellos, más especiales, pues estaban hechas de nubes de algodón con sirope de cereza asemejando una calavera ensangrentada. 

Todos ellos se despidieron saliendo de la tienda y dejándola sola de nuevo.

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