¿Serías capaz de vivir con un par de completos desconocidos?
En plena hora punta, la estación del metro está abarrotada de gente. Nadie se conoce y muchos de ellos tienen destinos parejos y vidas distintas. En cuestión de minutos, el apeadero queda desierto y ellos permanecen sentados dejando el tiempo pasar.
Eva, alegre, atrevida y espontánea, pero sola. Mar, llena de complejos, sin amigos en una ciudad extraña y pudiente, muy pudiente, pero sola.
Gabriel, comedido, independiente y bastante desastre, pero solo. No podían ser más diferentes entre sí, pero quizás esa desigualdad era el punto común para formar un equipo perfecto.
¿Puede una decisión apresurada cambiar el rumbo de una vida?
Cuando las cosas ocurren, pensamos: ¿casualidad o destino? ¿Quién dijo que la convivencia con desconocidos era fácil o imposible?
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