Después de dos copas de vino, cuatro cócteles y una bebida loca.
Sarah pierde el control de su vida cuando, al despertar al día siguiente, descubre un lindo anillo de casada y al hombre que cualquier mujer querría aferrado a sus piernas.
Sólo había un problema… Aquel cuerpo atlético no se parecía en nada al flácido cuerpo de su novio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario